El fascismo galopa de nuevo por República Moldova: el Parlamento intenta prohibir la ideología y los símbolos comunistas

Por José Luis Forneo. Tomado de Un Vallekano en Rumania.

Setenta y un años despues de que tropas de la coalicion hitlerista invadiera la antigua RSSM, iniciando el intento de acabar con el Estado soviético, el fascismo vuelve a galopar hoy por su territorio al servicio de las grandes corporaciones capitalistas y sus intereses economicos.

La coalicion de partidos minoritarios que forma mayoría en el Parlamento Moldavo intenta prohibir el comunismo en Republica Moldova, después de la decisión adoptada hoy mismo en la que "se condena el régimen totalitario comunista de la Republica Socialista Sovietica de Moldavia que cometió crímentes contra la humanidad".

Según la decisión, "se prohíbe la utilización en el territorio de República Moldova con objetivos políticos o propagandísticos de los símbolos comunistas (como la hoz y el martillo o cualquier soporte con estos simbolos) y la promoción de las ideologías totalitarias".


Voronin, líder de los comunistas moldavos, el partido más votado
desde hace mas de 10 años en Republica Moldova, algo dificil de asumir por los
fascistas disfrazados de demócratas.
Además, se prohibirá también que en los lugares públicos los veteranos de guerra soviéticos porten sus medallas, a pesar, o quizás por eso mismo, de que fueron ganadas en la lucha contra el fascismo y la defensa de la soberanía del pueblo moldavo.

El autor del proyecto, Mihai Ghimpu, que fue presidente en funciones del pais y cuya ideología fascista y prorrumana es bien conocida, es un reputado anticomunista y, lo que es lo mismo, defensor del totalitarismo liberal capitalista, ideología cuyos defensores, principalmente la clase explotadora y las grandes fortunas, todavia tienen pesadillas con el triunfo de la Revolución de los trabajadores en 1917, la creación de la Union de Republicas Socialistas Sovieticas, y la construcción de una potencia mundial, económica y social, en la que los que no son más que lobos para los otros hombres no tuvieran cabida salvo en jaulas.

La norma, que como afirman los líderes comunistas moldavos está claramente impuesta desde Occidente y la Unión Europea, también pretende, en su delirio neoliberal, prohibir el uso de la misma bandera de la Republica de Transnistria, territorio de facto independiente no reconocido por las autoridades de Chisinau, y que incluye en su diseño la gloriosa hoz y martillo, símbolo del triunfo de los trabajadores sobre la clase parasitaria que vive a costa de su esfuerzo y sudor.

El escudo y  la bandera de Transnistria incluyen aun la estrella roja
y la hoz y el martillo
Los politicos de la coalición de partidos liberales y fascistas (valga la redundancia), como es normal en las así llamadas democracias de los paises sometidos a la dictadura capitalista, no han tenido ningún tapujo a la hora de adoptar la decisión a pesar de la evidencia de que el Partido de los Comunistas de Republica Moldova es el más votado por sus conciudadanos desde hace más de 10 años, o que en todas las encuestas estos no duden en afirmar que en tiempos de la República Socialista Sovietica, esa que la nomenclatura politica actual acusa de "cometer crimenes contra la humanidad", vivían mucho mejor que bajo la tiranía liberal, en la cual el trabajo, la salud, la educación o la cultura son privilegios en vez de derechos, y en la cual cada uno tiene que sobrevivir cada vez más por sus propios medios como en una selva.

El presidente del PCRM, Vladimir Voronin, junto a otros líderes del partido mayoritario de Republica Moldova, el de los comunistas, declaró que el documento aprobado por el Parlamento tiene un solo objetivo: sacar al Partido de los Comunistas de la competencia electoral y el proceso político. Además, han afirmado que la decisión de la Alianza para la Integración Europea (nombre adoptado por la coalicion de partidos minoritarios de ideología liberal, es decir, al servicio de las grandes corporaciones internacionales) ha sido probablemente dictada desde el exterior y ejecutada por un gobierno al servicio de intereses muy ajenos a los de los trabajadores moldavos y a los de la soberania nacional de Republica Moldova.

El Partido Comunista ha denunciado ante el Tribunal Constitucional la decisión del Parlamento y del gobierno moldavos.

La decisión parlamentaria supone la demostración clara de como las autodenominadas "democracias capitalistas", expresión que es claramente un oxímoron, es decir, una estructura formada de dos terminos contradictorios, desprecian sin vergüenza alguna a su propio pueblo, que en este caso, como hemos dicho, vota mayoritariamente al Partido que representa la ideología y los símbolos que quieren prohibir, y que, y eso no lo van a poder prohibir nunca, en todo caso tan solo ocultarlo, está orgulloso de haber luchado y derrotado al fascismo en la Gran Guerra Patria, y de haber participado en la construcción del estado de los trabajadores, donde ningun parasito o explotador tenía cabida.

Veteranos moldavos que vencieron al nazismo:
el gobierno de la oligarquia quiere prohibir que se lo recuerden en las calles
Mientras el pueblo moldavo es el único de Europa, que vota masivamente al Partido de los Comunistas, la clase politica que defiende los privilegios de la oligarquía, muy al contrario, y quizás por eso mismo, ataca a aquellos que derrotaron al fascismo y salvaron a Europa temporalmente (porque tras 1991 la caida de la URSS dejo sin obstaculo alguno la nueva explosion fascista que hoy todos los ciudadanos europeos sufrimos).

Y es que, si algo odia y teme a la vez un mafioso capitalista es a la organización de los trabajadores, que podria, como durante gran parte del siglo XX, volver a suponer un obstáculo insalvable para que sigan manteniendo y aumentando sus privilegios a costa de chupar la sangre (o la fuerza de trabajo) a los que producen. Por ello, toda medida contra el comunismo, aunque se trate del partido más votado y el que más afiliados tiene en el país, será vendida como democrática, aunque, como la mayoria de las asumidas por la clase politica al servicio del gran capital, choque frontalmente con los intereses de su propio pueblo.

Y es que, y no sabemos cuándo los partidos comunistas o socialistas del mundo aprenderan de la abundante experiencia y dejaran de ser tan inocentes, es imposible convivir con la clase capitalista y con la democracia burguesa, pues si supones un obstaculo para sus privilegios encontraran tarde o temprano la forma de acabar con el problema, sin que haya limite alguno en la forma de hacerlo y, si es necesario, en los crímenes que haya que cometer para conseguirlo.

Los demócratas liberales (ese oxímoron tan repetido por los medios de propaganda) siempre tienen un cuchillo preparado para cuando esa misma democracia se convierta en un obstáculo para sus intereses, ambiciones y avaricias, y un impedimento que haga que los que viven del trabajo de la clase obrera, vean peligrar sus privilegios.


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