Cuando Afganistán llamó a Fidel y Cuba respondió

Por Fraidoon Amel para TeleSUR, 27/11/2016. Traducido por Socialismo Actual.

Uno de los hechos menos conocidos de la historia mundial del siglo XX es la ayuda militar de Cuba a Afganistán durante los años críticos de la Revolución de Abril de 1978.

Uno de los más destacados faros históricos mundiales del siglo XX es el
serio, espartano y heroico internacionalismo revolucionario de Cuba. Si bien la solidaridad internacionalista de Cuba todavía existe en muchas formas, su componente militar es lo que destaca.

Póster de la OSPAAAL.
La ayuda militar cubana en Ghana, Argelia, Guinea-Bisáu, Congo y Bolivia con el Che Guevara, Granada, El Salvador, Angola, Eritrea, Etiopía, Mozambique, Guinea Ecuatorial, Libia, Irak, Siria durante la Guerra de Yom Kipur, Sahara, Yemen y Sudáfrica —aquí Cuba ayudó a la liberación del apartheid— formó la historia de África y América Latina. Es un registro excepcional y sin precedentes para una pequeña isla caribeña, haciéndolo casi demasiado surrealista para ser cierto.
¿Es desconcertante, entonces, que Cuba orgullosamente haya amasado la rabia del «Imperio» en la forma de bloqueo genocida de décadas de duración?
Sin embargo, uno de los hechos menos conocidos de la historia mundial del siglo XX es la ayuda militar de Cuba a Afganistán durante los años críticos de la Revolución de Abril de 1978. Cuba fue uno de los pocos países que votaron en contra de una resolución del Movimiento de Países No Alineados en la Asamblea General de las Naciones Unidas que condenaba la intervención de la Unión Soviética en Afganistán en 1979.
Cuba estuvo comprometida en la lucha contra el imperialismo en el frente afgano de 1980 a 1986. Estos años fueron decisivos para la Revolución Afgana. Fue durante este tiempo que el Ejército afgano infligió golpes decisivos contra los soldados del imperialismo —afganos, y unos cincuenta mil  no afganos también—.


Los éxitos logrados en esta época se debieron en gran parte a la presencia en Afganistán de más de cinco mil militares cubanos que compartieron su experiencia en guerrilla con los ejércitos afgano y soviético —preparados para la guerra convencional—. Los cubanos también participaron en combate. Es increíblemente irónico que años después algunos de los «luchadores por la libertad» de Estados Unidos a quienes los cubanos combatieron en los '80 fueran encarcelados como terroristas en el territorio cubano del sureste —Bahía de Guantánamo— ocupada por los Estados Unidos
La ayuda cubana cambió el rumbo de la guerra en Afganistán. Para todos los propósitos estratégicos, la contrarrevolución fue derrotada. El gobierno revolucionario logró consolidar el poder. La revolución se hizo sostenible desde un punto de vista estratégico. Había ganado el impulso y la ventaja. La propaganda occidental perniciosamente calificó la situación de «estancamiento estratégico». Occidente, sufriendo una derrota humillante en el campo de batalla, ahora buscaba desesperadamente otras opciones para mantener su agenda permanente : el cambio de régimen en Afganistán.
Occidente recurrió a complementar sus esfuerzos bélicos para perseguir la guerra por otros medios. Utilizando las Naciones Unidas, las llamadas conversaciones de Ginebra que habían sido iniciadas por Afganistán en 1984 desde una posición de fuerza, ahora se usaban para servir a la agenda imperialista. Culminó en los Acuerdos de Ginebra del 14 de abril de 1988 y tenía por objeto facilitar una retirada «honorable» a los soviéticos.
Inmediatamente después, la ONU lanzó su llamado Plan de Paz en Cinco Puntos, que era un plan para la entrega de Afganistán al imperialismo. Estos últimos, entretanto, nunca renunciaron a la opción militar de efectuar un cambio de régimen en Afganistán, quebrar las instituciones estatales y destruir al poderoso ejército afgano. Fue, por supuesto, la opción militar la que finalmente se materializó.


Amín, todavía ministro de Taraki, con Fidel.
Un importante cambio estratégico se dio a la ventaja de Occidente. En 1985, Gorbachov llegó al poder e inició lo que sería el fin de la Unión Soviética y su legado revolucionario, que finalmente decidiría el destino de la desafortunada Revolución de Abril. Gorbachov decidió retirar las tropas soviéticas de Afganistán con la consternación de sus homólogos afganos y cubanos y contra el consejo de sus generales que creían que necesitaban un año más para eliminar por completo la contrarrevolución.
Fidel Castro y el presidente afgano Babrak Karmal, obligado por los soviéticos en 1986 a renunciar al poder, se opusieron firmemente a la política de Gorbachov. Los soviéticos decidieron marcharse. Afganistán
—y la Unión Soviética—, que había sacrificado tanta sangre para defenderse contra la invasión del imperialismo en las fronteras soviéticas, se dejó en manos de una guerra enormemente asimétrica por sí sola.
Estaba destinado a romperse en pedazos. Los «luchadores por la libertad» estadounidenses no se detuvieron en Afganistán. Los soviéticos fueron obligados a pagar por su error histórico —y los rusos hasta el día de hoy— en forma de guerras en Tayikistán, en las repúblicas del norte del Cáucaso de Chechenia, Daguestán, etc.
¿Y Afganistán? Bueno, nunca dejó de ensangrentarse bajo experimentos imperialistas.


El imperialismo occidental, que participó en la peligrosa competencia geopolítica con la Unión Soviética por el control de Afganistán, la cual fue considerada geoestratégicamente, finalmente logró establecer sus puestos avanzados en el país, incluidas bases militares. Oficialmente se hizo cargo del país en 2001 y desde entonces se ha estado preparando para proyectar su poder sobre Irán, China y, gradual pero firmemente, empuja en su camino hacia Asia Central con Rusia como objetivo principal. Competencia geopolítica que nunca dejó de existir.

Los recientes acontecimientos en la provincia de Kunduz, situada estratégicamente en el norte de Afganistán, fronteriza con Tayikistán, es un irónico recordatorio de que Rusia podría verse obligada a entrar en el teatro de guerra afgano, ahora más complejo, para luchar contra una guerra que dejó inacabada. Pero esta vez, probablemente necesite un millón de soldados como Karmal había advertido a Gorbachov en la primavera de 1985. Y sin Cuba y sin Fidel.


Diplomacia

 

El Departamento de español que sobrevivió a la guerra


El Departamento de Español de la Universidad de Kabul ha subsistido a dos décadas de guerra civil, a la falta de recursos, y a la manía que le tuvo el régimen integrista talibán.
Najibulá y Fidel.

A las afueras de la capital, en la carretera que conduce hacia el sur de Afganistán y pasados los escombros de lo que fueron miles de hogares, se encuentra la Universidad de Kabul, un complejo de varios edificios de dos plantas pintados de color amarillo.


La época dorada de esta universidad, y con ella la del departamento de Español, tuvo lugar durante el régimen pro soviético del presidente Mohamed Najibulá, a quien los «muyahidines» ahorcaron del cañón de un tanque al tomar Kabul en 1992. «Durante el régimen de Najibulá el departamento de español vivió su mejor época», explica Jedaiatulla Momand, uno de los dos únicos profesores que continúan en el servicio activo.


El Departamento, cuenta Momand, fue fundado hace dieciocho años por el gobierno de Cuba, que hasta poco antes de la caída de Najibulá mantuvo en el centro a ocho profesores cubanos de las universidades de La Habana y Camaguey. Durante los poco más de cinco años que duró el régimen talibán, que nombró a un clérigo islámico como rector de la Universidad, el Departamento de Español estuvo amenazado con la desaparición. «Los talibanes tenían muchos prejuicios con el Departamento de Español porque lo asociaban con el régimen comunista de Cuba, incluso sospechaban de nosotros», explica el profesor.


Hasta la llegada al poder de los talibanes en 1992, el Departamento de Español contó con cinco profesores, pero la cifra se redujo a dos cuando el régimen integrista prohibió trabajar a la mujer afgana.


Karzai lamenta muerte de Fidel Castro

Afghanistan Times, 26/11/2016. Traducido por Socialismo Actual. Karzai fue un muyahidín, pero durante su presidencia se acercó a Rusia.

El ex presidente Hamid Karzai expresó su profundo pesar por el fallecimiento de Fidel Castro, ex líder y presidente de Cuba, fallecido a los 90 años debido a una enfermedad de la que sufría.

«Fidel Castro fue uno de los pioneros del Movimiento No Alineados y fue un símbolo de libertad y humanidad», dijo Karzai en una declaración.

El ex presidente dijo que «él [Castro] luchó tenazmente contra el colonialismo y la explotación y dio muchos sacrificios para lograr la independencia de Cuba».

Karzai envió sus más sentidas condolencias a la valiente familia y pueblo de Cuba, expresando que su muerte fue una gran pérdida.
 


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