Si bien ya es bastante conocida la implicancia de Estados Unidos en la formación del grupo extremista talibán para el derrocamiento del gobierno de Mohammad Najibullah en Afganistán, su relación no cesa por la supuesta guerra entre sus ejércitos.

Propaganda para un gran negocio.

Los fundamentalistas reciben apoyo de las propias fuerzas de Estados Unidos, que supuestamente sólo apoyan a su "gobierno" títere de Kabul. Aunque pareciera que se trata de conspiraciones y secretos complejos, la realidad es simple: la guerra será siempre un gran negocio y su prolongación es necesaria, de éso se trató toda esa inexistente lucha de EUA contra el fundamentalismo islámico.

Con su propaganda, las facciones reclutan a quienes irán al frente luchando por una causa que nunca ha existido: la ignorancia y el oscurantismo religioso nutre al talibán y el nacionalismo y la necesidad de un trabajo al soldado estadounidense.

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