18.12.10

Mengistu

A comienzos de este año, el teniente coronel Mengistu Haile Mariam, antiguo líder de Etiopía desde 1974 a 1991, publicó sus Memorias. Sería interesante poder acceder a esta fuente tan directa de datos, pero he visto que el libro sólo se encuentra disponible en amárico.1

En los últimos años, a raíz de las condenas in absentia que cayeron sobre Mengistu (quien se encuentra exiliado en Zimbabue desde su derrocamiento) han salido todo tipo de artículos, principalmente en medios liberales, sobre crímenes que habría cometido. Desmontar algunas de estas mentiras y mostrar sus contradicciones es el objetivo de este humilde post.

El acusado.

Muchas veces se han dicho expresiones como que Mengistu «ignoró la hambruna que mató a un millón de personas»2 pero la realidad nos muestra que el gobierno etíope hizo de todo para lograr ayuda humanitaria de todos los países posibles, encontrándose con el lobby del criminal Reagan para impedir la ayuda a Etiopía por razones políticas (los mismos liberales citan3 esta actitud, pero como una lucha positiva). Hasta la BBC reconoce4 las reticencias de los gobiernos occidentales, demorando y ayudando a la muerte de tantas personas. También se avisa2 que «varias organizaciones de derechos humanos dijeron tener dudas sobre la imparcialidad del proceso» que lo "juzgó" en 2006... ¿Dudas? ¿Qué dudas puede haber, si el actual régimen ya lo tenía condenado de antemano? No había posibilidad de que siquiera tuviera defensa, tanto fue el descaro que con la "apelación" sólo se logró empeorar la condena: de cadena perpetua a muerte.

Algunas fuentes5 hablan de que en las continuas guerras de Etiopía, durante este período, murieron alrededor de 230.000 personas entre civiles y militares, pero la Fundación CIDOB logra duplicarlo mágicamente.6

Otros sitios ni siquiera entendieron bien los cables que les trajeron la "información", por ejemplo, la Fundación Sur dice que el "terror rojo" torturó y mató un millón de personas.7 Parece difícil que un país pobre y devastado pudiera tener un régimen con los recursos para semejante matanza. Pero ésto tiene una explicación: las demás fuentes señalan esta cifra como las víctimas de las hambrunas de los '80, no de persecuciones políticas.

El medio de propaganda Cubaencuentro, subvencionado8 por el régimen español dice que

«A mediados de 1977, el secretario mundial de Save the Children clamaba en vano desde Addis Abeba: "…han sido asesinados un millar de niños y sus cuerpos yacen en las calles presa de las hienas errantes […] Pueden verse los cuerpos amontonados de niños asesinados […] en el arcén de la carretera de salida de Addis Abeba…" (El Libro Negro del Comunismo, Espasa Calpe – Ed. Planeta, 1998 Madrid-Barcelona pp. 771).

[...] Sesenta funcionarios, ministros y miembros de la familia real etíope fueron, a su vez, fusilados públicamente.»9

La cita de ese libro escrito por trasnochados es bien manipuladora pues, al no citar íntegro siquiera en una oración al líder de Save the Children, no podemos saber si él mismo responsalizaba al gobierno (y si lo hacía podríamos deducir que Mengistu permitía que le llamen asesino, lo cual contradice la caracterización de dictador), o a lo mejor a los subversivos o a los combates por las calles. Por ejemplo, Fidel Castro le comentaba a Erich Honecker que, cuando viajó a Addis Abeba a comienzos de 1977 para ayudar en la solución del problema de Ogadén, se escuchaban continuos tiroteos producto de las luchas entre las fuerzas del gobierno y rebeldes.10

En cuanto a los funcionarios realistas etíopes, sí es cierto que los fusilaron. Y estuvo muy bien hecho: la realeza vivía hasta la Revolución llena de riquezas obscenas mientras el pueblo sufría uno de los regímenes más atrasados y feudales, encabezado por el emperador Haile Selassie. Para conocer una pequeña muestra de lo que era la Etiopía imperial, les recomiendo leer la entrevista que le hiciera a Selassie la periodista Oriana Fallaci en 1972.

Otros defenestran a Mengistu por haber fusilado a ex compañeros de la Revolución.3 Seguramente se refieren a los fusilamientos de comienzos de 1977, cuando el ala derecha planeaba exterminar al ala izquierda el 3 de febrero. Este autogolpe fue "preanunciado" por un discurso nacionalista del presidente Tarafi Benti. Mengistu se adelantó: convocó a una reunión del Consejo y se resolvió arrestar y ejecutar el mismo 3 de febrero a los altos oficiales traidores. Luego de estos acontecimientos, Mengistu se convirtió en presidente y con ello Cuba pudo iniciar su injustamente poco conocida ayuda en términos militares, médicos y educativos, que hasta hoy recuerdan y agradecen los etíopes.

La Ilustración Liberal asegura que con la reforma agraria

«millones de campesinos y sus numerosas familias pasaron a depender del estado que, al menos oficialmente, se hacía cargo de los latifundios antes regidos por terratenientes. La nacionalización provocó un colosal éxodo de hambrientos desposeídos de lo único que tenían, su fuerza de trabajo.»3

En realidad, si bien la producción se vio afectada por la guerra intestina no prudujo hambrunas en los '70, y la de 1984 fue producida principalmente por la sequía y la caída del precio internacional del café y en menor medida por el atraso y las tensiones étnicas, además de la guerra, obviamente.

El libro crítico Ethiopia: Empire in Revolution, de Marina y David Ottaway, asegura que el gobierno era impopular, pero con su reforma agraria logró una muestra de fervoroso apoyo: jóvenes saltaron las vallas y abrazaron a Mengistu y otros dirigentes en el acto de anuncio de esta medida.

Lo último que citaré del liberal es su indignación: por la hambruna «occidente regaló dinero, alimentos y medicinas al causante de todos los males. ¿Cómo premio quizá?».3 En esta frase vemos la "moral" del capitalismo: inexistente, llena de odio de clase contra el proletariado, esperando el hambre y el genocidio para poner de rodillas a los pueblos. Eso mismo busca el régimen de Estados Unidos con el bloqueo a Cuba, como buscaron en el pasado las potencias occidentales con el bloqueo a la joven Unión Soviética.

Mengistu, aunque con carácter autoritario, no fue un dictador: su poder como miembro (1974-1977) y Presidente (1977-1987) del Consejo surgió de una Revolución y cuando la situación institucional de Etiopía fue normalizada en 1987, se convirtió en Presidente de la República Democrática Popular por voto directo del pueblo y con una Constitución aprobada por el 81% de los votos (y la mayor parte de la oposición fue por la prohibición de la poligamia, que trajo descontento en la población musulmana) y un parlamento con representación de todas las etnias del país. Más información en Historia de la Etiopía socialista, artículo en este mismo blog.


Los que busquen la verdad sobre esta etapa de la historia etíope deben diferenciar entre los excesos que sí se cometieron, como persecuciones y ejecuciones que eran innecesarias (como la purga contra el partido MEISON) y los errores del gobierno y la propaganda vulgar del anticomunismo. Quizás sea bueno recordar que es muy cómodo escribir desde la comodidad y riquezas de Europa Occidental, pero que es muy difícil tratar de llevar adelante un régimen de educación, salud y dignidad para una África golpeada por siglos de atraso, guerra y odio tantas veces sembrado desde Occidente.


Referencias

1 Un ejemplar a la venta en Amazon.com.
2 «El ex dictador etíope Mengistu Haile Mariam, condenado por genocidio», en La Jornada.
3 «Mengistu, la sangrienta vía etíope al socialismo», en La Ilustración Liberal.
4 «Flashback 1984: Portrait of a famine», en BBC News.
5 «Victimario Histórico Militar».
6 Meles Zenawi.
7 «Mengistu es condenado a muerte en Etiopía».
8 «Guerra fría cultural contra Cuba», por Pascual Serrano.
9 «A la espera del genocida», en Cubaencuentro.com.
10 «Transcript of Meeting between East German leader Erich Honecker and Cuban leader Fidel Castro, East Berlin (excerpts)» en Woodrow Wilson International Center for Scholars.



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